Resucitando blogs: ¿un blog es para toda la vida?

En plan de revisión de este sitio desde sus inicios, me encuentro con dos blogs que no puedo catalogar como "del recuerdo", sino más bien como de "mi recuerdo", para no pecar de (más) pretencioso. Se trata de un blog donde metía notas jurídicas y políticas y que hoy luce sólo algo más decente, y otro que era un botadero literario, con nombre que me sigue gustando: "Dichos de Loser", en homenaje al famoso personaje del escritor Julio Ramón Ribeyro, Luder, quien según Loser sería el padre que lo niega.

Uno lo abandoné desde el 2005 (no se escribió nada en el 2006 ni 2007) y el otro incluso lo eliminé en un arranque de "antibloguería" (dichosdeloser.blogspot.com, que evidentemente nadie lo tomó en este tiempo), pero lo he recuperado para poner algunas "inspiraciones" nuevas, aunque hasta ahora permanezca vacía como corresponde. Más bien como otro arranque esta vez de bloguería dejo el enlace para descubrir a otro personaje (hasta que Loser diga algo) que merecerá (o que tendrá, mejor dicho) otro post: el caballero cuadrado.

Comenzar de cero es lo más recomendable, en vez de estar parchando tanto sitio malo que abunda en la web por culpa de gente como uno. Quizá este sea un buen consejo para blogueros -como para todos en realidad-, saber reconocer la derrota. Sin embargo, creo que arreglar un viejo mueble tiene su gracia, y como actividad no se excluye, sino que se complementa con el comprar uno nuevo.

¿Un blog es para toda la vida? Si nos referimos al apego al sitio y somos flexibles en incluir en el concepto el ir modificándolo al extremo de personalizar hasta el dominio, es decir, hasta cambiarle de nombre al hijo-blog, pues yo creo que para muchos de nosotros sí.

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