Muy Parecido al Crayón de Homero


El otro día fui a ver una película del género que para mí no tiene pierde. Sí, vi una comedia romántica: Muy Parecido al Amor (que aún está en cartelera, creo). Más allá de las correctas críticas que se le pueden hacer -unas más o menos complacientes y otras radicales- lo que importa son las pretensiones de la película: que te diviertas los 107 minutos que dura, nada más. No desdeñemos una revista de "Condorito" por no parecerse a un buen cuento o novela.
Debo confesar que lo que más me divertía era el hecho de ver cómo los demás asistentes se reían (había un señor en la fila de atrás que tenía un ataque cada vez que Kutcher hacia una mueca) y repetían: "qué buena, qué buena" (al final oí a algunos que sostenían que era “una muy buena película”). Envidié un poco esa suerte y recordé el capítulo de Los Simpsons (uno de mis programas favoritos) en que se descubre la causa de la idiotez de Homero: un crayón azul incrustado en su cerebro. En ese episodio, Homero ya operado y sin crayón impertinente se vuelve un gran padre para Lisa, pues comienza a compartir sus intereses de “gente bien pensante”. El problema vino cuando Homero no pudo disfrutar de una película por lo estúpida que le parecía, es decir: la lucidez lo hizo infeliz. Hay un artículo muy bueno al respecto que dice:

“En cuanto lo operan y se lo extraen, Homero se convierte en alguien brillante. Pero pronto ya nadie desea conversar con él, porque sus pensamientos se han vuelto demasiado difíciles. Se da cuenta entonces de que la inteligencia lo condena a la soledad y le suplica al cantinero Moe que le coloque el crayón donde estaba originariamente. Homero es tan dolorosamente lúcido que prefiere ser tonto (...) podemos deducir que Homero Simpson es un personaje creado por sí mismo para sobrellevar una realidad que le resulta intolerable”.

No soy brillante, pero sí a veces demasiado posero y criticón, a veces hay que relajarse, me dije. Luego de tomarme las cosas con calma, respiré tranquilamente y me introduje (simbólicamente, obvio) el crayón de Homero. Juro que no paré de reírme hasta el final, todo me daba risa, incluso el rostro inconforme de quien me acompañaba ese día... "No fue una buena salida" me indicaría esa persona días después. Y, descontextualizando su frase, me quedé pensando si "el crayón de Homero" era o no "una buena salida" en algunas ocasiones...

De Maduras... se caen



He recibido un anónimo (RAE: 4. m. “Carta o papel sin firma en que, por lo común, se dice algo ofensivo o desagradable”) en que luego de saludarme en forma extraña me indican que me cuide y sobre todo que “madure” (con signos de exclamación final), seguido de un “ja, ja, ja”. Cojo el diccionario –para variar- y encuentro lo siguiente: “madurez. (De maduro). 1. f. Sazón de los frutos. 2. f. Buen juicio o prudencia, sensatez. 3. f. Edad de la persona que ha alcanzado su plenitud vital y aún no ha llegado a la vejez.”.
Sin alcanzar la “plenitud vital” y un poco desabrido considero –haciendo uso de mi cuestionado buen juicio- que la conclusión principal “se cae de madura”: un anónimo es una muestra clara de inmadurez. ¿Una persona que no se identifica puede cuestionar así a otra? De haber puesto su nombre le hubiese aceptado el obvio consejo (pese al tono imperativo y burlón) que yo mismo me repito todos los días (quizá escribir esto sea señal de mi inmadurez crónica también), pero me alivia un poco (consuelo de tontos) el saber que entre los 20 y los 30 es moneda corriente. En un principio intenté descubrir quién sería esa persona, luego me di cuenta de que no importaba pues me había servido de pretexto para perpetrar estas reflexiones y como me inspiró me encantó en el balance final: ¡que vengan más anónimos! En todo caso, prefiero recordar una frase de la película “Emperor’s Club” (donde actúa Kevin Kline, quien aparece en la foto del inicio):

“Como escribió el gran Aristófanes y traducido grosso modo: la juventud pasa, la inmadurez se supera, la ignorancia se cura con la educación y la embriaguez con sobriedad, pero la estupidez... dura para siempre”.


Espero que lo último no sea verdad.

El mejor cuento de Julio Cortázar según J. J. Saer


El Dominical de El Comercio acaba de publicar una entrevista a Juan José Saer, escritor argentino recientemente fallecido, donde indica –entre otros interesantes puntos de vista- que el mejor cuento de Cortázar es “Axolotl” (en general, no comparto su opinión sobre la oquedad de la obra cortazariana). Que cada quien saque sus conclusiones (hagan clic y me avisan luego), lo cierto es que difícilmente alguien me dirá que considera que ese cuento es malo, más ahora que su lectura ha quedado condicionada con semejante credencial. Esto lo digo a propósito de una broma que le jugué a una persona amiga (que practica la “crítica” amateur) a quien le pasé el cuento diciéndole que era mío... Poco más y me regresa al colegio: “chino, te falta, ah, no pasa nada con tu cuento”, me dijo... Vaya, ya quisiera yo que “Axolotl” fuese mío. Para criticar y comer pescado...

Con amigos así...



Ayer recibí el mensaje de un pata que se dio una vuelta por este blog y sus sucursales. Gracioso. Parece que, al igual que Jaime Bayly, perderé amigos por lo que escribo en este sitio. Pero no por irreverente, sino más bien por aburrido...

A continuación reproduzco la divertida carta, reservando la identidad de mi amigo -huye de la fama, es muy modesto-, el hombre de la pluma veloz y acerada:


"hola compare.
bueno antes que nada, si me quedo una semanilla mas por la bella y horrible lima limon.
estuve leyendo tus "blogs" o como se llamen, que vergüenza ajena... jajaja chino, realmente lees lo que escribes?... que cagadas son las que escribes?... a quien quieres imitar?... los dichos de LOSER?... jaja, tas cagao compare... bueno, otro dia prometo tratar de leer mas de tus blogs, pero realmente me aburrio un huevo lo poco que lei, dale una revisada antes de grabarlo... hazlo por los patas pe'
saludos. XX"

De números y fechas


El otro día, celebrando el cumpleaños de un amigo, uno de los pocos invitados (mi amigo es partidario de las reuniones pequeñísimas) hizo una broma en que identificó a un homosexual con el número 3, previa unión de los dedos índice y pulgar formando un círculo. “Ese pata es un tres”, dijo. Independientemente del buen o mal gusto de la referencia, me hizo acordar de un chiste que nunca entendimos en El Chavo del Ocho (que es "del 8" porque en un principio se transmitía por el canal del mismo número. Posteriormente se inventó la excusa de que "vivía en el 8" como parche). Recuerdo bien el capítulo y no hace mucho que me enteré de que el número 41 tenía un significado especial en México: es sinónimo de homosexual (o era, no lo sé). La explicación es de lo más interesante y tiene que ver con el yerno de Porfirio Díaz (!). Me remito a la página y con esto respondo a quienes me preguntaron sonrientes dónde podían obtener esa información.

Por otro lado, un día como hoy, 5 de agosto, murió la inolvidable Marilyn Monroe, cuya imagen nos ha acompañado a muchos en la vigilia y el sueño, pese a que no estábamos ni en proyecto cuando ella falleció. Yo nací en el 79 y precisamente ella tendría 79 años ahora de no haberse suicidado en el 62, año en que Neil Armstromg (que nació justo un 5 de agosto) se hiciera astronauta...

Ambos -Marilyn y Armstromg- sabían también de números y valores. Para él un mismo paso podía ser grande o pequeño dependiendo del cristal con que se mire. Y ella una vez dijo: "En Hollywood te pueden pagar mil dólares por un beso, pero sólo cincuenta centavos por tu alma."