El Orfanato me parece una muy buena película española. No es fácil contentar a crítica y público a la vez, ni tampoco presentar el tema de "veo gente muerta" después que el espectador se conoce de memoria fórmulas como la de "Sexto Sentido" y "Los Otros". Sin embargo, sale airosa.
La única parte donde todo se relaja en exceso es cuando aparece el "especialista en temas paranormales" que es nada más y nada menos interpretado por el actor Edgar Vivar, conocido por todos como Ñoño. No pues, hasta a la hija de Chaplin se le aguanta, pero que aparezca Ñoño en este tipo de película rompe el suspenso y el pacto de verosimilitud, por lo menos para el espectador peruano promedio que acude al cine.
Por otro lado, cabe precisar que El Orfanato no es una película de terror, como creen algunos despistados que esperan ver espantos saltando del écram. Hay muchos que van con la actitud de "soy bien macho, a mí nada me asusta", cuando con la única idea que debería ir es la de disfrutar de un momento de cine, y en este caso del bueno, del que maneja los efectos.
Volviendo a Ñoño o al señor barriga (es imposible desligar a Edgar Vivar de estos personajes, pese a que lo ha intentado en mil papeles en cine y televisión), contaré que cuando su personaje en El Orfanato recomienda a una medium (que finalmente interpreta Geraldine Chaplin, quien tampoco puede salirse del encasillamiento de ser "hija de Charles"), no faltó en la sala de cine el que murmuró que seguro iba a llamar a la chilindrina.
Ñoño en el Orfanato
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