- Pues, sí, –continuó Loser-, dices bien, la infidelidad es un tema de motivación: la mujer necesita un motivo para engañar y el hombre un motivo para no hacerlo. En mi caso las más de las veces el motivo se llamó Pasión y otras tantas Obsesión, y siempre me condujo a los celos. Es curioso, cuando niego ser celoso con mi pareja recibo como sentencia:“Seguro ella no te da motivos”. Y ni bien terminan de decírmelo me siento descubierto e inevitablemente me descompongo por horas.
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