El Polígrafo




Quienes leemos las columnas de Marco Aurelio Denegri o vemos su programa “La Función de la Palabra”, no podemos sorprendernos con alguna muestra de vanidad por parte del susodicho, pero sí llama la atención su inconsecuencia descarada. Debe de ser la vejez que a casi todos nos llegará algún día.

En más de una oportunidad, el señor Denegri ha dicho que “él, Marco Aurelio Denegri, como tema, no interesa a nadie; su vida no importa, sino sus ideas sobre tal o cual tema”. En varias entrevistas ha manifestado ese desapego que más parece pose. Y efectivamente lo es.

Este domingo su artículo se tituló “Yo, polígrafo” y es obvio que, a juzgar por el título: le salió todo lo de emperador romano; porque no será Claudio, pero por lo menos es ¡“Marco Aurelio”! O quizá se sintió “el supremo”. Lo cierto es que nos explica su fastidio por el hecho de que circunscriban sus actividades a la sexología y mil detalles más que la verdad no tienen por qué importarle al lector, siguiendo su línea de pensamiento muchas veces expuesta. ¿Y qué pasó con aquello de M. A. Denegri no importa como tema? Mentira. Casi todos queremos reconocimiento y además comunicar lo que hacemos, justificar de algún modo, consciente o inconscientemente, nuestra efímera vida. Por ello, ahora que llegó el invierno del patriarca (ya pasó el otoño hace mucho) presenciamos cómo incluso comparte con nosotros su foto de pequeño, cuando hizo su primera comunión (!); eso sí ya es increíble, lo demás hasta podía ser una muestra de egotismo, pero publicar su foto de pequeño...

Tal vez el polígrafo se dio cuenta de que su vida (como la de muchos: famosos y desconocidos) sí importa como tema, pues la verdad es que una biografía de él me interesaría más que su libro sobre gallística. Sin embargo, no hay por qué censurar nada, sólo anotar que la inconsistencia viene de cualquier parte y que, precisamente por ello, es mejor no ser tan duro al momento de criticar a otros en sus quehaceres o pareceres (como él hace). Mucho respeto al maestro, entonces, y a soportarle sus achaques.

No hay comentarios.: