¿Qué es lo mejor y lo peor que le han dicho a usted?


La pregunta del título (en realidad son dos en una) es frecuente en las entrevistas simples que se realizan a los famosos, entre ellos, escritores de distinto prestigio y talento.

Las respuestas son muy variadas y dependen a veces de la pose que quiera adoptar el entrevistado (los más poseros son los escritores, ciertamente). Esta interrogante, sin embargo, nos la podríamos hacer nosotros también, seres alejados de la fama, comunes pero no corrientes. Incluso podríamos utilizarla como una buena forma de romper el hielo en una reunión informal o primera cita, ya que las posibilidades de respuesta nos conducirían a divertidas anécdotas o confesiones enlazadoras.
Además, si vamos a lo particular (por ejemplo: ¿qué es lo mejor y lo peor que le han dicho como cocinero o sobre sus potajes?), podremos encontrar que en determinadas ocasiones en la respuesta coincide lo mejor y lo peor... Compartiré una historia personal que sirve de ejemplo perfecto.

Hace unos años, le pasé a una amiga un relato que estimo nunca terminó de leer. De todos modos, el hecho de que haya soportado 13 de las 19 páginas de prosa enrevesada es meritorio. Al cabo de esas 13 páginas (no, no soy supersticioso) ella sintió que ya podía dar una opinión que pretendía ser halagadora: “Oye, sí, leí buena parte... Si hasta pareces escritor”. Pareces escritor. A un joven con el ego inflado, que cree que está a punto de concluir la mejor novela o libro de cuentos, eso lo pone en su sitio de un solo golpe. Sirve y mucho.

Finalmente, creo que viene a cuento señalar lo que le sucedió al escritor chileno Alberto Fuguet (que aparece en la foto del inicio) cuando fungía de periodista:

“De alguna extraña manera, Gabriel García Márquez me ayudó a pasarme a la ficción. En la Escuela de Periodismo. Todos los ejercicios prácticos los escribía como crónicas de Gabriel García Márquez. En vez de usar la pirámide invertida, partía con un "Cuando fulano de tal..." e inventaba el resto, imaginándome qué pensó el asesino que mató por encargo o el traficante de droga que iba arriba de un barco. A mis profesores no les pareció divertido. "García Márquez puede escribir así porque es García Márquez". Yo les decía que no, que escribía así en los años '50 antes que GGM fuera GGM.

-Mira, quizás es un gran escritor, pero no es un buen periodista; inventa
mucho.
-¿Y? -preguntó con asombro Fuguet.
-¿Te parece poco? Tú más que reportero pareces escritor...
-Debo tomar eso como un insulto -concluyó Fuguet."

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